Alemania “romántica” y Christkindlsmarkt, por Kurt Schleicher


 En primer lugar, eso de la Alemania romántica lo he sacado de la agencia de viajes, así que no hagáis mucho caso. Pero no es una mala denominación para el entorno de Nuremberg (Nürnberg para los nativos), conocido en Alemania como Franken y perteneciendo a Baviera (Nuremberg está a unos 170 kms al norte de Munich), ya que el entorno medieval, en algún caso intacto pese a la IIGM, lo lleva impregnado y te lo sugiere.

Lo de Christkindlsmarkt ya habréis adivinado que se trata de los mercadillos de Navidad, que en Alemania tienen un sabor particular, más entrañable, y muy especialmente en esta zona de Baviera. Me diréis que los mercadillos en Alemania son todos iguales y no os faltaría razón, pero el “enfoque” es diferente en cada ciudad o localidad; cada uno tiene su personalidad. Los más antiguos parece ser que son los de Nuremberg y Augsburgo con casi 5 siglos de continuidad y que entrarían en una élite de “clase 1” por su mayor extensión, pero luego te llevas sorpresas con los más pequeños. El secreto está en parte en el entorno (suelen estar en la plaza del Ayuntamiento) y según sea éste, quedará más resultón. También afecta la dedicación mayor o menor a tenderetes de Glühwein (vino caliente con canela) y salchichas en detrimento de otros más artísticos y también la variedad de éstos, pues en algún caso hay verdaderas obras de arte. Eso sí, la música navideña alemana tradicional está omnipresente…

Bien, vamos a la reseña del viaje, que tenía realmente una triple motivación: la básica, la promesa hecha a la señora de ir en alguna ocasión a ver los mercadillos tradicionales (conocíamos y de paso el de Hamburgo solamente), otro muy personal (mi madre nació en Nürnberg y nunca había estado allí) y la turística, para conocer la zona y fotografiarla.

Para empezar, cometí un error gravísimo al preparar el viaje: ¡nunca se debe dar por seguro algo que “supones” por experiencias anteriores!

El caso es que yo había estado en Hamburgo antes con cierta frecuencia y me llamó la atención lo pronto que ponían “las cosas” de Navidad y los tenderetes, desde mediados de Noviembre o antes, siendo algo que además me confirmaron en su día por allí. Bueno, pues debido a esto planeé el viaje a finales de Noviembre para no coincidir con el puente de la Constitución sin mirar más; luego te dejas llevar por conseguir el vuelo más económico con Lufthansa (por lo de los puntos) y sacas un billete de jueves a jueves que no admite modificaciones. Tras todo esto, empecé a mirar casualmente en internet para ver “cómo era” el más famoso, el de Nuremberg precisamente, lugar que sería nuestra base con hotel ya reservado, claro, y me quedé helado: ¡no se abría hasta el 30 Noviembre, justo el día después a nuestra vuelta! La razón es la fluctuación de las fechas de adviento, pues la tradición marca que sea el último viernes antes de comenzar éste. Y este año pillaba más tarde. Desesperado, miré los mercadillos de alrededor y la mayoría  (en Franken) abrían el mismo día, al tener la misma tradición, pero afortunadamente no muy lejos estaba Würzburg (abierto el 27 Dic) y Augsburgo (desde el 26), que ya nos entraba. ¡Menos mal! Me quedaba la esperanza de que luego los mercadillos abriesen aún antes de la fecha oficial –según mi experiencia- y esto resultó parcialmente cierto: antes de la fecha ya están montadas las casetas y varios ya abren, pero el “ambientillo” con la música y la iluminación, pues no.

Adelanto que no merece la pena cabrearse demasiado pronto, pues después resultó que la cosa nos salió redonda: en la semana que estuvimos, los 4 primeros días fueron típicamente otoñales, frescos con algo de sol, muy agradables, luego tres días menos fríos pero con algo de llovizna intermitente, sin molestar, y justo el día de la vuelta ya el gran cambio a lluvia persistente y previsión de nevadas, con importante bajada de temperaturas. ¡Si llegamos a posponer el viaje no hubiésemos pillado ni un solo día bueno! Lo único que nos perdimos fué el mercadillo de Nürnberg ambientado, pero ya nos hicimos una idea y luego resultó que los que vimos eran probablemente igual de bonitos, adelanto que quizás el que más el de Würzburg, por su contenido artístico muy especial.

Establecí el plan de viaje siguiente para la semana:

Día 1: Rothenburg ob der Tauber
Día 2: Bamberg
Días 3 y 4: Nürnberg
Día 5: Würzburg (y su mercadillo)
Día 6: Augsburg (y su mercadillo)

Sin descanso, pues, aunque el domingo por la tarde coincidía con la carrera de F1 en Brasil; no me la iba a perder, claro, y descansamos en el hotel.

Tenía en cartera visitar Ratisbona (Regensburg), pero preferí dedicar un día más a Nürnberg y decidí renunciar.

Por cierto, la idea de visitar esta zona en avión+tren es quizás la más sabia, pues la oferta de trenes de Baviera para ir en pareja es excelente: desde las 9:00 hasta las 3:00 madrugada siguiente de un día cualquiera, puedes viajar de forma ilimitada dentro de Baviera por 26 € en general, que se reduce a 16€ para lugares promocionados, como Bamberg y Rothenburg. ¡Y esto para dos personas, no por persona, incluyendo transporte público – tranvías y autobuses!

Por pura vaguería no voy a hacer una descripción detallada de cada uno de los sitios, pues para el que le interese puede consultar con internet. Pero sí mis impresiones con algunas fotos y sin extenderme mucho para no cansar.

Rothenburg es la más encantadora y la mejor conservada, pues la IIGM la respetó intacta y no ha necesitado de restauraciones. Es una pequeña ciudad completamente amurallada (¡y la muralla se conserva entera!) y con entorno peatonal, excepto para residentes, por lo que se ven coches, pero no circulación. Las diferentes puertas y las casas antiguas le dan un encanto especial que te transporta a la época medieval. La muralla tiene dos salientes, uno occidental a un jardín del castillo y otro meridional, desde los que se tienen inmejorables vistas.-  Los lugares más emblemáticos son la catedral (S. Jacobo) y el Ayuntamiento, mezcla de gótico y renacimiento. Me llamó la atención la escalera de caracol hacia la torre del Ayuntamiento, pues es tan estrecha que parece un berbiquí o un sacacorchos y una fachada de la casa del “maestro de obras” = Baumeisterhaus, llena de “cariátides”.

En varias zonas de la ciudad encontré monumentos conmemorativos a purgas nazis a los judíos en la IIGM, pues Rothenburg debió ser una ciudad con una importante presencia judía (el propio nombre lo sugiere) que fué diezmada o eliminada en aquella lamentable época. Afortunadamente, al no tener una zona industrial cerca, se libró de los bombardeos aliados, al contrario que Nürnberg.

Recorrer las calles es un placer: pequeñas casitas tradicionales –muchas restaurantes o tiendas de arte- con diversos pasos por debajo de torres medievales magníficamente conservadas. Y la muralla, que en parte es accesible y se puede pasear por ella en pasadizos laterales de madera adosados a la propia muralla. Entorno “romántico y entrañable”, pues. Se puede ir a cualquier sitio andando, incluída la estación de tren; todo está muy cerca.

A destacar también la existencia de un museo de la Navidad al lado de una tienda dentro de una antigua casa enfrente del ayuntamiento que –según me dijeron- fue en tiempos un taller variopinto, de madera, herrería y hasta de soldadura, y que está llena de recovecos a diferentes niveles; hasta te puedes perder allí dentro por falta de orientación en las tres direcciones. Una tal Käthe Wohlfart ha convertido el viejo taller en un pueblo navideño subterráneo que está abierto todo el año, pero obviamente en estos días adquiere un significado especial.

Bamberg es claramente más señorial: las casas ya no son pequeñas, el tráfico no está limitado y los monumentos son monumentazos impresionantes. Aún así, el encanto persiste. Se la llama la “Venecia alemana” por estar situada parcialmente en una isla dentro a su vez de dos brazos del río Danubio.  El Rathaus o ayuntamiento es muy especial, pues al edificio, profusamente decorado a todo color, se tiene que acceder por dos puentes, uno a cada lado, rodeado por el Danubio a ambos lados.  Cerca se ven multitud de palacios, entre los que destaca el Bottinger, convertido en galería de arte. El cogollo está allí, al nivel del agua, pero es curioso que a la catedral se accede subiendo una cuesta bastante empinada, llegando sorpresivamente a una enorme plaza (el Domberg) bordeada por la mencionada catedral de S. Pedro y S. Jorge (empezada a construir nada menos que en el año 1007, a destacar el jinete de Bamberg, de autor desconocido, y la tumba del papa Clemente II)  con sus 4 torres, al lado de una especie de claustro y de un edificio enorme llamado “la nueva residencia y biblioteca”. Detrás hay una rosaleda inmensa que da a una balconada desde la que ya se ve la ciudad. Un lugar encantador, aunque a finales de otoño ya no tuviera rosas. Desde allí se contempla una fortaleza a mayor altura (el Michaelsberg) y descubrí el camino que subía hacia ella; quedaba menos de una hora de sol y me dije que tenía que subir a toda velocidad para captar las vistas desde arriba, pues deberían ser subyugantes, Y así fue: me dio el tiempo justo de recorrer la explanada superior y la puesta de sol iluminando Bamberg.

Tras estas dos palizas decidimos ver más tranquilamente Nürnberg, sin necesidad de tener que recurrir a más trenes. Primero la zona monumental y catedrales y dejamos para el segundo día la visita del imponente castillo imperial.

Nürnberg es asimismo una ciudad amurallada de la que se conserva todavía gran parte de ella. Entrando por la estación central, te encuentras con la llamada puerta del rey con su torre circular característica, coronada por una zona de observación y tejado: la Frauentorturm. Curioso: diámetro de 18 metros y un espesor de pared de hasta 7 metros. Vaya pasada.

Siguiendo por la calle del rey ya se ve en lontananza la iglesia de S. Lorenzo, a partir de la cual se divide la ciudad en la zona de las tiendas y la de los bancos, juntas pero no revueltas.  A partir de ahí se baja a la zona del río Pegnitz, donde en pleno centro nos encontramos con el mismo tipo de isla que en Bamberg. Por allí hay infinidad de puentes que unen ambas orillas. Por el puente de la carne se accede a la plaza del ayuntamiento, en la que hay una fuente gótica preciosa (se llama “der schöne Brunnen” = la fuente hermosa) y al fondo la Frauenkirche. Esta plaza ya estaba ocupada por las tiendecillas del mercadillo, aunque pocas estaban abiertas. La Frauenkirche me pareció muy original, ya que su perfil se aparta del clásico: es de fachada gótica triangular, coronada por una torre no puntiaguda como las demás, sino de tipo “cebolla”, y su interior es más amplio ópticamente, en lugar de las clásicas catedrales apuntando al cielo. El reloj es mecánico y cada día a las 12 hay varios personajes que se mueven, en especial los nobles que van girando alrededor del rey y cuando llegan a su altura, cada uno le saluda. Simpático y típico de Baviera.

Enfrente del ayuntamiento está la iglesia de S. Sebaldo, curiosamente la única evangélica y no católica, contando solamente las grandes, por supuesto. Como era domingo, estaban en Gottesdienst y por los altavoces escuché una voz femenina: era una Pfarrerin (pastora), joven y hasta atractiva. Curioso, pero no extraño; hay muchas. Evidentemente, no pude hacer fotos, pero volvimos después. Esta iglesia sufrió mucho con los bombardeos aliados, por lo que está reconstruída en gran parte. Las preciosas cristaleras no son, pues, las originales, pero se ha hecho una labor con mucho cariño, hasta el punto que da el pego y ni se nota la reconstrucción.

A partir de ahí nos pusimos a deambular por el centro de la ciudad, pasando por la mayoría de los puentes en zig-zag. Es centro histórico, pero claramente se observa que casi todo está reconstruido; no quedan casas antiguas, salvo excepciones. Sin embargo, cerca de la muralla hay una zona en la que milagrosamente quedó intacto el edificio de la leprosería, después dedicado a depósito de vino y acogida de pobres. Allí está también la Henkersteg (pasarela del verdugo), pues termina en la casa del mismo, visitable. Todo este entorno se salvó y parece una isla medieval rodeada por casas modernas.

Al día siguiente nos dirigimos directamente al imponente castillo imperial, compuesto por varias zonas unidas. Quedan en pie tres torres de las cuatro que había originalmente desde  el 1356 que se empezó a construír. Una de ellas es la típica torre circular de observación, más esbelta que su hermana de la Frauentor. Es obvio que desde allí se tiene una vista perfecta de toda la ciudad. Es la cúspide, por lo que el castillo tiene dos entradas, una al sur que da a la ciudad y otra al norte.

Al salir nos dirigimos a la zona más alta de Nürnberg, aparte del castillo, bien conservada en la zona de la casa de Alberto Durero al lado de la muralla. Bajando por una de sus empinadas calles, te encuentras con una antiquísima y tradicional cervecería a la vez que fábrica, desde la que se puede acceder al Nürnberg subterráneo, compuesto por multitud de cuevas y pasadizos que sirvieron de refugio durante los bombardeos  inmisericordes que sufrió la ciudad.

Al día siguiente nos dirigimos a Würzburg, por lo del mercadillo de Navidad. Es curioso que no tenía inicialmente previsto visitar esta ciudad, pero no nos arrepentimos en absoluto. Está coronada por una imponente fortaleza, la Marienberg. Me llamó poderosamente la atención el tamaño de sus muros de protección, a modo de un gigantesco “bunker”. Una vez arriba, hay que andar algún kilómetro para darle la vuelta y en la fachada sur la ciudad se rinde a sus pies.- Era un día gris, pero de muy buena visibilidad, por lo que las fotografías con teleobjetivo salieron sorprendentemente claras, pese a la falta de contraste. Como curiosidad, la primera fortaleza fue un enclave celta del s. X antes de Cristo, aunque la primera iglesia allí no se empezó a construir hasta el año 706. La extensión actual del castillo data del siglo XVI, aunque sufrió severos daños por bombardeos en 1945 y fue extensamente reconstruido. A lo lejos se divisa una iglesia de peregrinación muy bonita con varias cúpulas de cebolla muy características, la Käppele.

En el centro de la ciudad destaca una de las catedrales románicas más antiguas de Alemania (S. Kilian), con sus torres originales de 1237. Cerca está el tradicional ayuntamiento y el puente viejo, que da al castillo. La Marienkapelle es una preciosa iglesia gótica en tonos rojizos que enmarca la plaza mayor, donde se ubica el famoso mercadillo de navidad y que le confiere un marco multicolor.

Hago mención, aunque solo lo pudimos ver de lejos, de un palacio enorme –uno de los más importantes de Europa-  llamado la Residencia, terminado en 1744 y que lamento no haber tenido tiempo de visitar. También dañado, la restauración terminó nada menos que en 1986. Otra vez será…

Ya solo me queda Augsburgo, probablemente la más grande de todas y la más lejana de Nuremberg, por lo que no teníamos mucho tiempo que dedicarle. Quizás por eso nos llamó menos la atención, aunque quiero destacar la basílica, que visitamos con detalle. Muy grande y amplia, magníficas cristaleras, posee un gran claustro y muchas capillas laterales.-

Y ya solo nos quedó tiempo para deambular por el mercadillo hasta la hora de volver en el tren. Gran oferta de tenderetes, Glühwein a raudales, cada uno con su vaso característico y salchichas por doquier. Menos artístico, sin embargo, que el de Würzburg, pero igualmente con buen ambientazo. El tiempo se estaba volviendo ya frío y húmedo, de forma que nos echamos al coleto varios vasos del vino caliente para entrar en calor y volvimos la mar de contentos.

En resumen, un viaje que empezó algo mal y terminó muy bien, excediendo las expectativas, y justito a tiempo de evitar el temporal.

Si alguien lee esta reseña todavía en Diciembre de 2012, a lo mejor le puede dar la vena, coger a la parienta e irse para allá parte de las Navidades. Seguro que no se arrepentirá…

Fotos:

Rothenburg:

1: Panorámica de la ciudad desde la muralla sur
2. Plaza del ayuntamiento
3. Escalera de caracol
4. Entrada al jardín del castillo
5. Torre de Sieber
6. Muralla y teatro antiguo
7. Vista desde la plaza del ayuntamiento
8. Vista contraria, hacia el ayuntamiento
9. Fachada del Baumeister, con las “cariátides”
10. Interior de una casona muy antigua, bien conservada.
11. Pueblo de Navidad.

Bamberg:

12: Danubio al paso por la ciudad
13: Ayuntamiento o Rathaus
14: Vista al canal principal desde al ayuntamiento
15: Domberg con la catedral de S. Pedro y S. Jorge
16: la Residencia
17 a 19: Interior de la catedral (a la derecha se ve el jinete de Bamberg)
20: Michaelsberg
21: Rosaleda y mirador
22: Panorámica desde el Michaelsberg, con la catedral y Bamberg.
23 y 24: vistas de la ciudad desde arriba
25 y 26: el fantasma de Bamberg…
27: Ayuntamiento, anocheciendo.

Nürnberg:

28: Frauentorturm
29: fachadas y reloj de sol
30: S. Lorenzo
31: Castillo imperial sobrepuesto a la ciudad
32: Hospital del Espíritu Santo
33: Der schöne Brunnen y la Frauenkirche
34 y 35: interior de la Frauenkirche
36 y 37: S. Sebaldo y su sepulcro
38: Karlsbrücke
39: el miura de Nürnberg
40, 41 y 42: Torre del agua, antigua leprosería y el Henkersteg
43: Castillo imperial
44: Panorámica de Nürnberg desde lo alto del castillo imperial
45 y 46: plaza y casa de Alberto Durero
47: iluminación de la zona comercial y S. Lorenzo

Würzburg:

48 a 50:  Fortaleza de Marienberg
51 a 54: panorámicas y vistas de la ciudad de Würzburg
desde la fortaleza
55: la Käppele
56: el molino de agua
57: panorámica desde el puente viejo
58: foto imposible
59: Mercadillo de Navidad de Würzburg con la Marienkapelle de fondo.

Augsburg:

60: tranvía típico
61: los tres curas fantasmas
62: Basílica y angelote pensativo
63: sorprendente y gigantesca vidriera de la basílica
64: Ayuntamiento y mercadillo
65: Mercadillo con su molino tradicional sobre tenderete de Glühwe


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4 comentarios:

  1. Precioso viaje y estupendo reportaje.

    Lo mejor de nuestra edad es tener tiempo para hacer estas cosas.

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    1. Gracias

      Es curioso que el tiempo para gestionar todas las fotos (hay muchas más) es del mismo orden que el viaje entero. Así que hay que tener tiempox2...

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  2. No puede haber comentarios. Me estas dando mucho trabajo.

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  3. Tomo nota para algún día seguir tus pasos. Las fotografías como es habitual, excelentes.
    En documental de Lennie Rose...., el triunfo de la voluntad, hay varias secuencias de Nuremberg antes de ser bombardeado.

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