Cuba, hoy por Kurt
Schleicher
Jodidos, pero contentos. Este dicho
típicamente español debiera ser más bien cubano, por lo que ahora veremos.
Advertir que voy a hablar de impresiones, que
mis fuentes no son fidedignas (pero son de personas que viven allí, unas
programadas y otras resignadas) y que por tanto lo que diga puede estar lleno
de imprecisiones. Tampoco quiero ser dogmático ni defender unas u otras ideas
políticas, pero me ha llamado poderosamente la atención la idiosincrasia cubana
y me han encantado sus gentes. Sería interesante plantearse qué haríamos los
españoles de hoy en día en circunstancias como las cubanas; desde luego, no
creo que tuviésemos ya las mismas reacciones, pues aquí estamos resabiados y
acostumbrados a un estado del bienestar bastante superior al de allí, mientras
que la historia cubana ha ido por derroteros bien diferentes a los nuestros. Y
eso marca.
Para entenderlo mejor, retrocedamos un par de
siglos, no muchos, pues otra diferencia es que se trata de un país mucho más
joven.
Antes de la llegada de Colón y el resto de
españoles que le siguieron, Cuba estaba habitada por “indios” taínos,
guanajatabeys y siboneys (de ahí la canción “Siboney,…”). En 1492, Colón pasó
por allí, bautizó la isla como Juana y poco más, y los nativos continuaron
llamándola Cuba, que ya se ve tuvo más éxito. Un tal Diego Velázquez, que nada
tenía que ver con el pintor, recibió el encargo de colonizar la isla y
anexionarla al Reino de Castilla, cosa a la que puso manos a la obra entre 1510
y 1514 con poca resistencia (y la poca que hubo fue drásticamente sofocada).
Cuba no tenía oro, por lo que afortunadamente para ella no fue blanco de la
avidez de los conquistadores como en otros países, y pasó a ser una especie de
“puente” para otros lugares del Nuevo Mundo.
Los pobres indígenas utilizados como esclavos
empezaron a caer como moscas, diezmados sobre todo por las nuevas enfermedades
que traían los colonizadores, cosa que nadie entendía al no conocerse aún lo
que eran las “defensas” del cuerpo; hubo que traer repuestos de esclavos
africanos para mantener las plantaciones de caña y tabaco, muy solicitados
desde entonces. Esto explica el amplio mestizaje actual cubano, desde los
blancos españoles hasta los más oscuros descendientes de africanos; por cierto,
en Cuba el racismo es totalmente inexistente. Todos son cubanos por igual; hay
que tomar ejemplo.
La
Habana se constituyó en capital gracias a su abrigada y extensa bahía. Por
cierto, primero se construyó el castillo de la Real Fuerza, pero de fuerza
poco, pues se erigió en el peor sitio estratégicamente hablando; más bien
parece que defendía a los atacantes de los habitantes que no al revés. No es
extraño que cuando desde 1555 empezaron a asomar las narices bucaneros
franceses e ingleses aquello fuese pan comido. Hubo que construir otra
fortaleza en el buen sitio (la del Morro), quizás en memoria del ídem que
habían tenido los arquitectos de la primera. Brillantes.
Pese a numerosas incursiones piratas, los
españoles siguieron partiendo el bacalao en Cuba, al menos hasta el siglo XVIII
en que la armada británica conquistó La Habana y comenzaron las relaciones
comerciales con otras muchas colonias y países. Aquello duró solamente un año,
pues Gran Bretaña devolvió Cuba a España a cambio de Florida. No se sabe si fue
un bien negocio o no; ¡quién sabe si Cabo Kennedy no se hubiese llamado Cabo
Franco tras lo de Cañaveral y encima nos hubiésemos ahorrado la guerra con los
americanos tras lo del Maine y perder la isla de todas formas! Pero no nos
adelantemos…
En ése siglo surgió una nueva aristocracia,
la criolla, compuesta por cubanos descendientes de españoles, que fueron
quienes embellecieron la ciudad con los edificios llamados “coloniales” que aún
subsisten, aunque la mayoría son hoy una pura ruina o solamente fachada. De
estos criollos surgió el germen nacionalista de identidad cubana, que no había
vuelto a existir desde la época de los taínos, que tampoco la tenían muy
desarrollada, pero la tenían al menos. Los españoles, aunque dejaron algunas
libertades, no estaban por la labor y obviamente se produjeron muchas
revueltas, que como todas, solían terminar mal. En una de las ocasiones, un
hacendado llamado Céspedes llegó incluso a proclamarse presidente de la
República cubana con himno y todo en 1868, pero aquello no duró, claro, y se
desencadenó la guerra de los 10 años, que terminó en capitulación cubana. Al
menos se abolió la esclavitud en 1886. Un ideólogo e intelectual cubano, José
Martí, exiliado en EEUU, fundó el Partido Revolucionario de Cuba, que fue la
chispa que prendió para lograr la independencia de los españoles. El pobre
Martí se metió en lo que no era lo suyo, las batallas, y a las primeras de
cambio le mataron en combate, convirtiéndose así en el mayor héroe nacional de
Cuba, aún hoy en día. El relevo fue tomado por Máximo Gómez y Antonio Maceo,
logrando poco a poco la liberación de la isla. Los españoles enviaron a un general de prestigio, Valeriano Weyler, pero la balanza ya se estaba inclinando por
la parte cubana. La gota que colmó el vaso fue la misteriosa explosión del
acorazado americano Maine en 1898, que teóricamente estaba allí para proteger a
los hacendados americanos que también se habían aposentado en la isla desde
1886. Nunca se sabrá ya la verdad, pero este hecho fue la palanca para que EEUU
entrase en guerra con España, poniéndose “del lado” de los cubanos, a los que
les vino “aparentemente muy bien” este hecho, que aún hoy en día se cuestiona
si no fue algo intencionado. Evidentemente, ya nada que hacer; la guerra duró
un año hasta la entrega de las llaves de La Habana por parte del gobernador
español al americano Brooke, y con ellas, el resto de la isla.
Y los cubanos, de Málaga a “Malaghon”… Con el
nuevo siglo, todo parecía de color rosa para ellos: Constitución cubana y nuevo
primer presidente: Tomás Estrada en 1901. PERO NO; los americanos pusieron la zarpa con la
enmienda Platt, que no era más que una argucia para legalizar el derecho de
EEUU a intervenir en los asuntos cubanos,
en las relaciones comerciales y en disponer de bases navales
estratégicas (Guantánamo). Y toda Cuba se convirtió realmente en una gran base
yanqui, a veces hasta con Marines y todo.
Para más “inri”, en los siguiente 25 años
solamente hubo ineficaces presidentes fachada, aunque en 1920 se había logrado
un gran auge de la producción agrícola, especialmente de caña de azúcar, con
cientos de azucareras, de las que hoy ya no queda nada. En 1925 se erigió en
presidente Gerardo Machado, quien ya actuó de forma completamente dictatorial,
empeorando notablemente la situación cubana. La gran Depresión del 29 acabó de
hundir a Cuba; al menos terminaron echando del país al dictador en 1933. A partir de ahí, un avispado sargento llamado
Fulgencio Batista empezó a manejar los hilos hasta que logró ser presidente en
1940. Aparentemente, empezó bien, aboliendo la enmienda Platt, legalizando el
voto femenino y redactando una nueva Constitución, pero el cordero pronto se
convirtió en lobo, apoyado por los EEUU. Se vendieron amplias extensiones de
tierra a empresas americanas y británicas a costa de los cubanos, que veían
como se iban quedando sin nada y con lo puesto. Y el negocio de convertir a
Cuba en la “isla del placer”, atrayendo a mafiosos (por ejemplo, Al Capone era
bien conocido en Varadero) y otros personajes de los bajos fondos
estadounidenses, lo que hizo que la isla quedase en manos de estos
“personajes”. Y los cubanos de putas y poniendo la cama gratis.
Éste era el caldo de cultivo en Cuba para
la Revolución de Fidel Castro (que ya no voy a contar). Con la ayuda de dos
carismáticos compañeros, Camilo Cienfuegos y el argentino Che Guevara y tras no
pocos avatares, lograron echar a Batista en 1959, cuando entraron triunfantes
en La Habana.
No es de extrañar el éxito de la Revolución,
pues el apoyo popular fue inmenso, cosa fácil de entender con los antecedentes
mencionados. Incluso hoy en día la mayoría de los cubanos se sienten
“orgullosos” de su gobierno. Muy curioso. De ahí que los disidentes no avancen;
hay más fervor antigubernamental en España que en Cuba…- Tiene que ver con que
los cubanos no conocían otra cosa que dominación tras dominación y, en lugar de
ir a mejor con la historia, no hacían sino ir de mal en peor. Al menos con los
españoles se convivía, aunque bajo su bota gobernadora, pero de ahí en adelante
todo el mundo se aprovechó de los cubanos de la forma más innoble.
Como siempre, esta última revolución empezó
bien, pues Castro priorizó la educación escolar en Cuba y terminó con el analfabetismo
en poco tiempo, así como creó las bases de unos de los mejores sistemas de
sanidad. Políticamente, sólo contaba su partido único (PCC) y él era “papá
Estado”. Se abolió la propiedad privada para todos, cubanos y no cubanos, cosa
que hizo que se marcharan todos los de “posibles” del país, malos y buenos. Los
disidentes se marcharon: 250.000 jueces, abogados, directivos y técnicos se
fueron entre 1959 y 1962, dejando al país sin talentos, caldo de cultivo para
la subsiguiente debilidad económica. Castro continuó con su campaña de
nacionalización de todas las empresas, especialmente las petroleras y
especialmente las americanas, con el consiguiente cabreo yanqui. Con la guerra
fría, Castro se alineó con los soviéticos y chinos, obviamente, aunque solo
fuera por dar en las narices a los americanos, y se puso literalmente en manos
soviéticas, cosa que duró bastantes años (incluyendo la famosa crisis de los
misiles, que casi termina en tragedia mundial). Aún así, el control de la
economía cubana estaba en manos de unos pocos (con el Che al mando como ministro
de industria plenipotenciario) y el resultado fué desastroso.
Encima, Castro se quedó compuesto y sin novia tras la
caída del Telón de Acero y manifestarse en contra de Gorbachov y su
“Perestroika”: abandono total del apoyo soviético de la noche a la mañana. Y
los americanos, con su embargo y su ley Torricelli, que bloqueaba cualquier
intento de comercio con Cuba, tampoco aportaban nada, claro.
En
consecuencia, los años 90 fueron los de la “austeridad forzada” hasta unos
límites que se pueden considerar infrahumanos; juntando esto con la supremacía
de los deberes por encima de las libertades individuales (que tampoco valían
nada si no había de qué comer), los cubanos se vieron abocados a la miseria. Y
si alguien con posibles aún quedaba, salió corriendo de Cuba. Compatibilizar
socialismo a ultranza y economía sin apoyos y con embargos es poco menos que
imposible.
De ahí que ya en este siglo, Raúl Castro se ha
visto forzado a “flexibilizar” sus doctrinas y abrir muy poquito a poco la mano
con atisbos de propiedad privada, especialmente en el campo, y ya se empiezan a
ver pequeñas fincas privadas cubanas. Eso sí, el terreno se cede a cambio de onerosas
compensaciones; entre el 50 y el 90% de la producción pasa al Estado por ley.
Algo parecido pasa con la educación; gratuita
hasta el “preu”, después se puede cursar una carrera, pero a cambio de ceder
tres años a depender del Estado para que decida qué DEBE hacer el nuevo
universitario cuando termine. Y con sueldos que ya se puede uno imaginar. Aún
así, la alternativa a los estudios es tan mala que todo el mundo quiere
estudiar, y el campo se queda sin brazos; de ahí lo de la flexibilización
agrícola mencionada.
¿Y las pensiones? Pues entre 5 y 40 pesos
cubanos convertibles mensuales, similares en valor al dólar. ¿Os imagináis que
nuestra pensión mínima fuese de este orden, como “máximo” de 32 euros al mes?
Para pegarse un tiro, pero aún así milagrosamente sobreviven (con propinas,
argucias, lo que fuera, menos robar)
Para más “inri”, dado que la ÚNICA industria
floreciente hoy en Cuba es el turismo, se ha inventado la doble moneda, una
solo para los cubanos y la otra solo para las turistas, en una relación
convertible de 1 a 25 aproximadamente a favor de los segundos. Como el dólar está
vetado (o a tan mal cambio que es como si no existiera), el euro es la única
divisa que “pía”; cada euro vale hoy aproximadamente 1,26 pesos cubanos
convertibles (CUC´s), que a su vez ya habéis visto lo que vale en pesos
“cubanos”. Los turistas podrían en teoría usar pesos cubanos, pero solo les
valdría para comprar fruta o usar el servicio público de autobuses, tan malo
que a nadie se le ocurre. De ahí también que la propina se ha convertido en
algo consustancial, y todo cubano espera obtener algo, aunque no sea mucho en
CUC´s. Aún así, no lo exigen, como en México; solo si buenamente quieres. Para
ellos es de mucho valor y para los turistas, muy poco.
Con el
abandono soviético, la única nación que “pasa” de molestar a EEUU es China y de
ahí que los nuevos autobuses cubanos son todos de la marca “Yutong”. Bueno,
Canadá y México mantiene tibias relaciones comerciales con Cuba (aparte el
turismo, del que todo el mundo pica algo; anda que no hay Meliás y Barcelós por
allí…)
Pese a
ello, la falta de medios de transporte es tan endémica, que se han inventado un
sistema de transporte “auto-stop forzado”.
(Ah, antes hay que contar lo de las
matrículas: las azules son las estatales (taxis azules lo son y llevan
taxímetro), las amarillas son las privadas, sin cobertura de seguros, negras
son las diplomáticas, que junto con las rojas son las de los mejores coches.
También hay colores diferentes para policías, militares y miembros de la
iglesia. Curiosa separación.)
Volviendo al “auto-stop”: se han nombrado
policías especiales (camisas marrones creo que se llaman) que velan por el
control del auto stop, haciéndolo “obligatorio” en especial para los de
matrículas azules, los estatales. De ahí que se vean periódicamente personas
formando grupos alrededor del “controlador” quien se encarga de parar los
coches o autobuses. A falta de medios de transporte, el privado se ha vuelto en
cierta forma también colectivo. Aunque a veces conviene mostrar de lejos unos
cuantos pesos si hay prisa…
Para dar una vuelta por La Habana suele salir
más rentable ir a un precio establecido con taxi “no oficial amarillo”, servicio
que está por los 40 CUC´s para todo el día, llevándote por toda la ciudad. Eso
sí, el aspecto del coche puede no ser muy atractivo…
Por cierto, el tema de los famosos “haigas” americanos
de los años 50 que se ven por todas partes (es obvio: desde la revolución en el
59, no ha entrado allí ni un coche como no fuese –hace ya tiempo- algún
Lada y ahora los chinos): ¿Cómo es
posible que sigan funcionando? Pues a base del ingenio cubano: ponen a punto el
motor hasta con repuestos fabricados por ellos mismos e incluso les meten
motores diesel limitados para que duren infinito. Hemos ido con uno y puedo dar
fe que una vez dentro hasta se siente uno con cierta tranquilidad; aquello
parece un tanque.
Otro tema fundamental para los cubanos: la
seguridad personal y el control policial. Pese a la miseria, casi no hay
atracos ni robos, y la palabra “casi”, casi sobra.- Preguntando a un cubano si
se sentía libre, la respuesta fue: “puedo
salir a pasear con mi familia tranquilo; por tanto, soy libre”. Curiosa la
interpretación; me recuerda a la época de Franco, que tampoco se podía hablar
mal del gobierno y la policía tenía “buena fama”, por otra parte, excepto para
los “disidentes”
Otro detalle cubano: la solidaridad y la
generosidad. ¡Cómo se ayudan entre ellos! Están tan mal, que si no fuese por
esta solidaridad (y extremar el ingenio) no durarían mucho. Y son todos amables
y tranquilos por naturaleza; no saben lo que es irritarse. Si ven a un turista
cabreado o enfadado, se asombran; ¡si no vale la pena! Tenemos que aprender de
ellos en esto; se reducirían los infartos.
También
son muy chistosos y les encantan las bromas; ah, y saben reírse de ellos
mismos. Por ejemplo, dicen que tienen FE en el futuro, pues creen a pies
juntillas que su papá estado cada vez
irá mejorando poco a poco las cosas, pero luego aclaran que lo de FE tiene un
doble significado: F.E. = Familiar en el Extranjero”. Los que lo
tienen viven muchísimo mejor que los demás y tienen mucha mayor esperanza (de
vida), de paso. Asimismo, las colas para conseguir nacionalidad española por
tener un primo español, por ejemplo, son enormes. Con cuentagotas, claro. La
mayoría de cubanos jamás ha salido de Cuba. Así que, está claro: los cubanos
son ricos en FE, Esperanza y Caridad. Sobre todo FE, con la que viven
mucho mejor, los que la tengan…
Y esto es Cuba hoy.
No voy a entrar en detalles en temas
turísticos, pues para ello está internet, guías y prospectos de viaje. Si
acaso, comentar que los hoteles en la Habana de gama alta están lejos de ser los equivalentes en otros lugares;
dada la falta de infraestructura, todo es viejo y funciona si es que funciona,
aunque el cascarón parezca correcto. Y en lugares turísticos “independientes”,
como Varadero o los Cayos, los hoteles ya sí son más “modernos”. Por cierto,
priva en éstos el “T.I. = todo incluído”, es decir, que puedes comer y beber
sin restricciones todo lo que “puedas”, como en los cruceros, con tal de llevar
puesto un brazalete identificativo. A alguna simpática bailarina cubana le he
llevado una piña colada que a ellas no les dan, aunque se mueran de sed; en
esto, ya no les veo tan solidarios… debe ser para que no cunda el ejemplo… La
verdad es que viendo lo que he visto y luego observar a los panzudos turistas
que se ponen de comer y beber hasta reventar o devolviendo los platos medio
llenos, me sentía avergonzado de pertenecer a esta “clase”. He engordado
un par de kilos, precisamente por tratar
de comer lo que llevaba en el plato, al menos… menos mal que la preciosa
bailarina cubana luego me sacaba a bailar ritmos cubanos y ya fuí bajando el
exceso…
Se acompañan unas cuantas fotos que darán una
idea de lo que falta de Cuba mejor de lo que pueda contarlo yo…
Siguiendo por orden alfabético, en el mismo
orden que las fotos:
-
Cárdenas, pequeño pueblo al sur de Varadero, muy
popular por su medio de transporte basado en bicicletas.
Las siguientes 14 fotos son vistas diversas de Cárdenas:
Las siguientes 14 fotos son vistas diversas de Cárdenas:
Cárdenas, estación
Cárdenas, Real Madrid
-
Guamá,
zona pantanosa en el suroeste de Cuba, conocida por sus cocodrilos y reproducción
de una antigua aldea taína.
Guamá, aldea taína y puente
Guamá, aldea taína
Guamá, aldea taína escultura
Guamá, cocodrilo
Guamá, cocodrilo 2
Guamá, flor
Guamá, gallo sesteando
Guamá, palmera
Guamá, cormorán orgulloso
Guamá, tortuga curiosa
Guamá
-
La
Habana, que se compone de tres partes más o menos diferenciadas: Habana Centro,
donde está el Capitolio, Habana Vieja, con su sabor especial y sus casas y
tiendas coloniales, Plaza de armas, Castillo de la Real Fuerza, la calle
Obispo,… y los lugares clásicos para los turistas. Después está lo que llamo
“Habana ignota”, al sur de la Habana, en una zona a la que no suelen llevar
turistas y se observa la triste realidad de la gente, cosa que no se quiere
oficialmente que se vea, pero los taxistas te llevan si quieres. Pasamos por un
mercado popular, donde compran en verdad los habaneros, pero nunca los
turistas. A destacar el Malecón, uno en la Habana Vieja, el tradicional, donde
hubo varios huracanes que dejaron las casas casi inhabitables y donde en la
parte trasera hay bastante miseria (y jineterillas a la busca). El otro está en
Habana Centro y es donde suelen ir las parejitas a disfrutar de la vista. A
destacar también que tras el Capitolio hay una zona de casas coloniales
derruidas en parte y hasta una colección de locomotoras, lo que proporciona un extraño
contraste. Otra zona es al otro lado de la bahía, donde está el castillo del
Morro, la enorme estatua de Cristo, la casa del Che (donde vivió solo un par de
meses; Castro vive en una zona residencial) y hasta un curioso Museo del Aire
al aire libre, con los famosos misiles de Kruschev.
Habana centro, Capitolio
Habana centro, espiando
Habana centro, hacendosa
Habana centro, malecón
Habana centro, panorama
Habana centro, pájaros en la cabeza
Habana centro, turistas
Habana centro, Capitolio desde El Vedado
Habana centro, malecón con tormenta
Habana centro, Partagás
Habana centro, cerca del malecón, juntos y revueltos
Habana centro, cocotaxi duplex
Habana centro, el Capitolio
Habana centro, el Teatro
Habana centro, malecón al atardecer
Habana centro, malecón
Habana centro, panorama al atardecer
Habana centro, tras Capitolio, contrastes
Habana centro, tras Capitolio
Habana centro, tras Capitolio trenes
Habana centro, vistas
Habana vieja, flores cubanas
Habana vieja, Castillo de la Real Fuerza
Habana vieja, c Obispo, chicas
Habana vieja, c Obispo
Habana vieja, café O´Reilly
Habana vieja, carro cascajo
Habana vieja, más flores
Habana vieja, tipos
Habana vieja tras malecón, jineterilla
Habana vieja tras malecón
Habana vieja tras malecón,1
Habana vieja tras malecón, 2
Habana vieja tras el malecón, 3
Habana vieja, tras malecón 4
Habana vieja, Bodeguita de Enmedio
Habana vieja, malecón, baño
Habana vieja, malecón, baño 2
Habana vieja, malecón, chicos
Habana vieja, Malecón
Habana vieja, malecón, contraste
Habana vieja, malecón, jinetera
Habana vieja, Palacio de los Capitanes Generales
Habana vieja, Plaza Vieja
Habana vieja, Plaza Vieja, 2
Habana vieja, casas
Habana vieja, desde Cámara Oscura
Habana vieja, El Malecón, Casas Cascarón
Habana vieja, el malecón, panorama
Habana vieja, hacia La Catedral
Habana vieja, Plaza de la Catedral
Habana vieja
Habana El Morro, casa del Ché
Habana El Morro, Museo del Aire
Habana El Morro
Habana ignota
Habana ignota 1
Habana ignota, caricia
Habana ignota, carro limpio
Habana ignota, estación
Habana ignota, mercado
Habana ignota, pasadizo
Habana ignota, simpática
Habana ignota, vista
Habana ignota, estación
Habana ignota 2
Habana El Morro, panorama
Habana, panorama amanecer
Habana, panorama atardecer
-
Matanzas,
donde está el puente más alto de Cuba con una buena vista
-
Varadero,
lleno de hoteles lujosos y playas infinitas. La zona centro está llena de
mercadillos para goce y disfrute de las señoras y aburrimiento de los
caballeros; menos mal que hay taxis curiosos…
Varadero, Milenys, bailarina bailes cubanos
Varadero, haiga
Varadero, mercadillos
Varadero, musical
Varadero, playa
-
Viñales
y Pinar del Río: situado en la zona occidental de Cuba, dispone de los paisajes
más bellos con sus “Mogotes” o formaciones montañosas de bruscas curvas, lugar
donde están la mayoría de las plantaciones de tabaco. A destacar el Mural de la
Prehistoria, en el que un artista cubano dedicó tres años de su vida en pintar
un mural en una pared de un mogote con la intención de representar la historia
de la evolución humana.
Viñales, Cueva del Indio, choza
Viñales, Cueva del Indio
Viñales, mirador, panorama
Viñales, Mural de la Prehistoria
Viñales, espectador
Viñales, panorama
Viñales, panorama 1
Viñales tabaquero
Viñales, tabaquero 2
Viñales, mirador
Viñales, panorama 2
Viñales, panorámica
Viñales, tabaquería
Viñales, tabaquería 1
Viñales, tabaquería 2
Viñales, transporte personas
KS, Mayo 2013
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